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Pachijal: Escenario de biodiversidad y fortalecimiento de nuestro equipo.

Hoy en el Día de la Biodiversidad, compartimos una de las más recientes actividades de la fundación, enfocada en construir una cultura de sostenibilidad.


El Chocó Andino de Pichincha, a casi una hora de Quito, es un imponente sistema de bosques protectores, declarado por la UNESCO como uno de los 24 territorios clave de la Red de Reservas de la Biósfera. El nuevo enfoque de Fundación Futuro es promover la conservación y manejo sostenible en este impresionante lugar. Un nuevo equipo se ha integrado para trabajar en este ambicioso objetivo; una de sus primeras actividades fue visitar el territorio. Conjuntamente con sus familias, nuestro grupo ratifica que la cultura de sostenibilidad empieza a vivirse desde casa, y hoy, en el Día de la Biodiversidad, compartimos esta enriquecedora experiencia.

Equipo de Fundación Futuro y sus familiares durante jornada de integración.

Nosotros, Carolina Proaño-Castro, Felipe Andrade, Carolina Dávalos, Mauricio Peña y nuestros familiares nos trasladamos desde Quito hacia una de las áreas de conservación colindantes con la Reserva de Mashpi, Pachijal. Este bosque es un foco de biodiversidad que cuenta con un sistema de ríos y cascadas. Aquí, un grupo de seis adultos y cuatro niños pudimos entender a profundidad el sitio que queremos conservar. Para muchos era la primera vez en el Chocó Andino, por lo que descubrir la abundancia de este bosque en estado puro fue una experiencia transformadora.

Inicio de nuestras actividades de integración.

Trabajar en una de las Reservas de la Biósfera es un enorme privilegio, pero sin duda, también es una gran responsabilidad. La tarea de conservación de la biodiversidad conlleva un sinnúmero de retos. De ahí que el trabajo en equipo, tanto desde casa como con organizaciones amigas, es indispensable. Así lo manifiesta Carolina Proaño-Castro, Directora Ejecutiva de la fundación: “Trabajar en un equipo integrado y consolidado es sumamente importante para cumplir nuestros objetivos. Esta actividad nos permitió reflejar el impacto deseado desde adentro de nuestra organización”. El personal del campamento Martín Pescador, en Pachijal, se encargó de llevarnos a una serie de caminatas diurnas y nocturnas. Juntos recorrimos senderos ecológicos alrededor al Río Pachijal e imponentes cascadas. Martín Caamaño, fundador del campamento, fue de gran ayuda al transmitir la esencia del trabajo de conservación a las generaciones más jóvenes, todos ellos hijos de nuestros colaboradores.

 

Avistamiento de oso perezoso durante caminata.

En estos recorridos observamos la biodiversidad en su máximo esplendor. Nosotros y nuestra familia vimos osos peresozos, ranas y huellas de nutrias, tomamos agua de bambú y admiramos plantas tropicales de varios tamaños colores y formas. Es impresionante saber que existe tanta diversidad tan cerca de Quito. Martín aprovechó estas situaciones para conversar con los niños. Felipe Andrade, Coordinador de Gestión del Carbono y Biodiversidad de Fundación Futuro, resaltó este trabajo y mencionó: “Martín te va explicando sobre temas de conservación, sostenibilidad y medioambiente con un enfoque para niños y familias que no están en contacto con el campo. ¡Es muy interesante!”.

Caminata por senderos de la Reserva Pachijal, descanso para tomar agua de bambú.

Además de las caminatas, realizamos algunas actividades recreativas. Éstas nos permitieron conocernos mejor, resaltar nuestras capacidades individuales y de equipo, y tener un momento de esparcimiento. Entre ellas destacan juegos de mesa, otros al aire libre, fogatas y el levantamiento del campamento. Todos estos espacios fueron esenciales para fortalecer nuestros lazos como equipo, un trabajo que hoy rinde sus frutos en nuestras operaciones diarias.

Nuestro equipo caminando hacia el futuro.

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